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ESPACIOS URBANOS Y PÚBLICOS

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En los Ángeles, las compañÍas ferroviarÍas actúan como agentes de desarollo. Son dueños de estos territorios y los ajustan en lotes para revenderlos a la población, inmigrantes y turistas.

 

En la segunda mitad del siglo XIX, Los Ángeles todavÍa no se veía como una zona urbana. Su economia se basaba sobre todo en la agricultura, localizada en diferentes zonas de la región que funcionan en muchos casos de manera autónoma y con un desarollo urbano posterior al original. De hecho, el crecimiento de Los Ángeles no emana de un centro, sino de una multitud de núcleos.

 

En le siglo XX, la ciudad empieza a industrializarse. Pero esta característica de un tejido urbano poco denso y descentralizado se fortalecerá gracias a estas nuevas industrias que no requieren concentración espacial. La descentralización del tejido urbano de Los Ángeles coincide con la historia del territorio pero se explica también por la ideología norteamericana que considera la casa-jardín como modelo del hábitat urbano.

 

El modelo suburbano influirá en la organización espacial de Los Ángeles que crece en la segunda mitad del siglo XX y que permite recibir los emigrantes de la segunda generación, es decir americanos relativamente ricos y que comparten esta concepción de la comunidad urbana ideal.

 

Por lo tanto, Los Ángeles se define como la 'City of Homes'. Las unidades residenciales están formadas por casas aisladas rodeadas de un jardin que se yuxtapone durante kilómetros. Los barrios pobres como los barrios ricos están diseñados bajo este mismo principio.

El deseo de evitar el proceso de densificación experimentados por las ciudades tradicionales se refleja en los trazados de planificación.

 

Los Ángeles es también una de las primeras ciudades de Estados Unidos en adoptar el vehículo privado como medio de tranporte para todo, en los años 20. Esto sólo puede reforzar el mito de la Ciudad jardín y la descentralización económica. Entre 1919 y 1929, el número de coches en Los Ángeles se multiplica por cinco. Esta tasa de crecimiento del automóvil supera el crecimiento de la población. En 1919, hay un coche por cada 9 personas. Y en 1929 un coche por cada 3.

 

La transformación más espectacular del paisaje urbano de Los Ángeles es, sin duda, la aparición de un centro con torres de cristal y acero. A diferencia de otras ciudades de Estados Unidos donde encontramos estos rascacielos únicamente como centro de negocios, en Los Ángeles también se incluyen viviendas de lujo.
Además, el centro se extiende por el Boulevard Wilshire que a lo largo de su curso hacia el Pacífico registró en 15 años un aumento de torres residenciales y oficinas. La proliferación de estos edificios altos diseñados para soportar terremotos también afectan otros centros como San Bernardino River y Ontario Culver.

 

 

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